lunes, 13 de mayo de 2013

El primer día de Ramos de Rodrigo

La madrina de mi primer hijo, Rodrigo, es mi mamá. Así que su primer traje de Ramos, se lo cosió ella. A mi suegra, que es la dueña de Chavaliños, una zapatería infantil en O Barco de Valdeorras, le faltó tiempo para buscarle los zapatos adecuados al traje, porque en su zapatería tiene todos los galeses de los colores que se llevan cada temporada, y las botitas, sandalias, náuticos... muchos, muchos zapatitos para niños bonitos.

Ahora hay muchas mamás que no llevan a sus hijos a la Bendición de Ramos. Quizá sea una antigua costumbre, pero mis recuerdos infantiles están asociados a los vestidos que estrenábamos mis hermanas y yo en ese día, con sus chaquetitas a juego y sus calcetines de perlé (¡a veces! ¡otras veces hacía tanto frío que había que rescatar unos leotardos o unas medias!). Pero sobre todo, el día de Ramos me recuerda a las palmas, al vuelo de los vestidos, a las golosinas al salir de misa, y a dar vueltas y vueltas con los vestidos nuevos, para descubrir cuál tenía más vuelo.

Mi pequeñín, en el 2008, se quedó con sus abuelos paternos aquel día, estrenando su camisita y su pantalón cosidos por su madrina a juego con su primer abrigo. Estaba hecho ya un niño de pantalones, pero como aún era bebé y no sabía caminar, preferimos ponerle al pantalón unos tirantes, para que fuera más sencillo de agarrar y llevar en cuello (y no desvestirlo al moverlo). La chaqueta la rescatamos de otro conjunto, es de una marca de punto gallega, que son de los mejores en este tipo de trabajos infantiles.




De verdad, qué grande era Rodrigo, en comparación con su hermano. Tenía unos seis meses, más o menos.

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